El planeta denominado IRAS 04125+2902 b y el entorno en que se encuentra es una valiosa pieza para resolver el rompecabezas de formación planetaria. Los científicos que lo detectaron afirman que ayudará a ajustar modelos teóricos.
Es un planeta bebé y al mismo tiempo su diámetro es como el de Júpiter. Se trata del planeta más joven jamás hallado con la técnica del tránsito, fue descubierto por un equipo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en colaboración con la NASA y otros científicos internacionales.
Un artículo de la revista Nature detalla el hallazgo del joven planeta denominado IRAS 04125+2902 b, cuya investigadora principal es Madyson Barber, de la University of North Carolina at Chapel Hill (EE UU), apoyada por los investigadores del IAC Felipe Murgas y Enric Pallé.
Concepto artístico de un planeta joven recién descubierto, expuesto a la observación por un disco de escombros deformado.Crédito: NASA/JPL-Caltech/R. Hurt, K. Miller (Caltech/IPAC)
Antes de este descubrimiento, ya se habían encontrado miles de planetas a través de la técnica de tránsito, pero con edades de entre 10 y 40 millones de años. Sin embargo, no se habían detectado planetas más jóvenes, tal vez debido a que aún no se han formado del todo o porque nuestra visión de esos cuerpos celestes está bloqueada por un disco protoplanetario residual, es decir el denso anillo de gas y polvo que rodea a una estrella recién formada a partir del cual se forman los planetas.
De acuerdo con el estudio de Barber y sus colaboradores, este “planeta bebé” o protoplaneta tiene un periodo orbital de 8.83 días, un radio 10.7 veces mayor que el de la Tierra y aproximadamente el 30% de la masa de Júpiter, esto sugiere una densidad extremadamente baja, lo cual indica que el planeta aún está en proceso de formación y se espera que su tamaño final sea menor al actual.
Dada la corta edad del nuevo planeta, es un objetivo útil para estudiar las primeras etapas de la formación de estos cuerpos, pues podría ser un precursor de los planetas tipo súper-Tierra o sub-Neptuno que se encuentran frecuentemente orbitando estrellas de la secuencia principal, que son las que están aún fusionando hidrógeno.
“Puede ayudarnos a comprender las primeras etapas de la evolución de las atmósferas planetarias, ya que es en los primeros años de formación cuando una gran parte (o incluso la totalidad) de estas atmósferas pueden perderse al espacio debido a la interacción con la estrella principal”, afirma Pallé.
Por su parte, Murgas considera que el joven planeta y el entorno en que se encuentra es una valiosa pieza para resolver el rompecabezas de formación planetaria.
“Al tener una edad de 3 millones de años, ya podemos deducir que los planetas se forman en un breve intervalo de tiempo. Además, al tener un tránsito tan definido, podemos afirmar que a esta temprana edad los planetas ya tienen una forma esférica definida (a diferencia de una nube de gas y polvo rodeando el núcleo planetario, por ejemplo). Todo esto servirá para ajustar nuestros modelos teóricos de formación planetaria y poder contrastar la teoría con observaciones”, sostiene.
DATOS CURIOSOS
- Este joven planeta probablemente no sea un gigante gaseoso como Júpiter.
- Podría ser un planeta cuya atmósfera se encogerá con el tiempo.
- Cuando finalmente se asiente, podría convertirse en un “mini-Neptuno” gaseoso o incluso en una “supertierra” rocosa.
Fuentes: NASA| Agencia Sinc | novaciencia.es